viernes, 11 de noviembre de 2011

Suicidios, la epidemia del siglo XXI (publicado en El Mundo)

¿Se imagina que en los luminosos de las carreteras, igual que la DGT recuerda la cifra de fallecidos en puentes, el Ministerio de Sanidad alertara del número de suicidios? "Extreme la precaución y esté atento, hoy se quitarán la vida 10 personas en España". "Cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo". "El suicidio es la primera causa de muerte de mujeres entre 30 y 34 años en nuestro país". "3.429 personas se quitaron la vida voluntariamente en 2009".
¿Inimaginable? Porque cuando alguien se quita la vida, el silencio lo llena todo. Eso a pesar de que son pocos los que se libran de haber sufrido un caso cercano. Un amigo, un familiar, un vecino, el padre de un amigo... Y también a pesar de que el suicidio es la principal causa de muerte violenta en el mundo, por encima de homicidios, guerras y accidentes de tráfico.
Su frecuencia ha aumentado un 60% en el último medio siglo, y ya son varios los estudiosos que señalan un incremento propiciado por la crisis económica, si bien la mayoría de los expertos coincide en que aún no existe la suficiente perspectiva para corroborarlo. Según las últimas cifras del INE, en 2009 cerca de 3.500 personas se quitaron la vida en España.

Un problema de salud pública
Por eso, la OMS, la ONU y la Unión Europea han lanzado la voz de alerta y señalado la muerte voluntaria como un problema de salud pública de primera magnitud. La OMS demanda que autoridades y gobiernos adopten medidas de prevención, dado que las cifras demuestran que las actuales son insuficientes. Ya en 2006, Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, reclamaba "prestar más atención a esta tragedia humana para prevenir muertes innecesarias".
La UE, por su parte, señala el suicidio como "área de especial interés". Según explica el doctor Fernando Cañas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Rodríguez Lafora: "Al señalarlo como área de especial interés, se busca poder detectar personas en riesgo alto y técnicas de intervención eficaces".

¿Por qué se suicidan?
Si algo se ceba con los suicidas es la enfermedad mental. O más bien viceversa. En el 90-95% de los casos existe algún tipo de trastorno psiquiátrico, la mayor parte de las veces, una depresión. De ahí la importancia de la atención y detección temprana.
"El 5% restante obedece a un factor existencial que hace que la persona en cuestión vea en el suicidio la única manera de poner fin a sus problemas", según el sociólogo y periodista Juan Carlos Pérez. Los antecedentes familiares, padecer una enfermedad crónica que cursa con dolor, conductas adictivas (como el alcoholismo), acontecimientos vitales que suponen pérdidas afectivas, el aislamiento y el hecho de haber tenido alguna vez pensamientos suicidas son otros factores de riesgo.

Hay tantos casos como personas, si bien una característica común a todos es la soledad. Soledad a la que se suman situaciones traumáticas (una ruptura amorosa, la muerte de un familiar...). Y, según la psiquiatra Carmen Tejedor, experta en Suicidología, detrás de un suicidio "siempre está el dolor".

"Nadie que es feliz se suicida. Quien se suicida siempre es una persona con dolor físico o moral, que no ve salida y se le hace insoportable", explica Tejedor, que descarta además que el suicidio pueda ser una decisión racional: "Para ser libre hay que tener un equilibrio emocional, pero el que se suicida es que no tiene otra salida, luego no hay libertad. Si no hay libertad no hay culpa. Pero como pensamos que es un acto de libertad, esto da lugar a juicios paralelos y atribuimos la culpa a la familia. Y aumentamos el sufrimiento".
Y sugiere el siguiente ejercicio: "Tal vez la pregunta que deba hacerse es: '¿Y usted, por qué no se suicida?' Cuando conteste, entenderá por qué el suicida sí lo hace".

Quiénes son
Las mujeres lo intentan más. Los hombres son más efectivos. "Usan métodos más contundentes", explica el sociólogo Juan Carlos Pérez. La mitad de los suicidados lo consigue tras una o varias tentativas. "Ése es el primer factor de riesgo: el haber intentado suicidarse. Sobre todo en el primer y segundo año tras la primera tentativa", explica Tejedor. "El que habla de suicidio es el que lo comete", continúa la doctora. "Siempre que esto suceda, debemos preguntarle el porqué, no dejarle solo y ganar tiempo".

1 comentario:

Susana dijo...

Un artículo muy interesante,me ha gustado mucho. Sobre este tema siempre te surgen preguntas no fáciles de resolver...y sobre todo cuando conoces algún caso de cerca...

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